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La marcha enlaza esta antigua zona minera de Cantabria con la playa de La Arena a través de la línea divisoria entre Vizcaya y Cantabria. La Rasa de Mello (628 metros) es la última cima de importancia de los Montes de Saldamando cuando pierden altura a orilla del Mar Cantábrico.

Su mole achatada y cubierta de árboles hace de frontera natural entre Cantabria y Vizcaya en un entorno transformado por la acción humana, especialmente desde comienzo de siglo con la explotación de las minas de hierro. La fábrica de flúor y la autovía tampoco han contribuido a mejorar las vistas de Ontón, un pueblo que a pesar de todo conserva parte de su belleza.

Una vez en Ontón seguimos la poco transitada carretera que conduce a Otañes. Son tres kilómetros muy tranquilos en los que ganamos altura por la ladera izquierda de una barrancada cubierta de eucaliptos. A la derecha se observan algunas casas en ruinas perdidas entre la vegetación. Pertenecen a las minas de hierro de Setares, cerradas hace no muchos años.

La marcha nos conduce hasta el alto de Helguera o de Baltezana (40′), punto donde hay un banco. Un pista (izquierda) nos permite seguir la excursión hacia el Mello por monte, pero las labores de extracción de pinos la han embarrado en exceso por lo que es más cómodo continuar por carretera (de frente) hacia Talledo, una aldea de Castro Urdiales. La carretera apenas gana altura durante la subida. Tras kilómetros y medio tranquilo, durante los cuales se pueden ver algunos castaños centenarios supervivientes de las talas salvajes, llegamos a la plaza del barrio (56′). LINEA RECTA HACIA MELLO.

Es un conjunto de casas bastante cuidado, cuyos habitantes una vez olvidada la fiebre del hierro, viven de la ganadería y la madera. Dentro del conjunto destacan varios caseríos con fechas en el dintel, la ermita restaurada con unos capiteles que hacen las veces de patas de banco, y una fuente de agua ferruginosa.

El camino hacia el Mello comienza junto a la casa más alta de Talledo, un caserón de piedra del siglo pasado que ostenta la fecha de 1806. El camino, al principio de cemento y luego de tierra, es muy pendiente.

Sube de manera decidida hasta las ruinas de unas chabolas (1h.04′). Es un rellano siempre lleno de barro donde aparcan los camiones y tractores empleados en las labores de tala. En este punto podemos contemplar los últimos robles de todo el recorrido.

Nuestra ruta continúa por una pista de tierra. Embarrada en invierno y con una pendiente considerable, que sube de frente a través de un espeso bosque de eucaliptos que no dejan ver el paisaje. No la abandonaremos hasta una explanada (1h.35′), también entre árboles, desde donde se puede vislumbrar la cumbre del Mello.

En este punto debemos seguir (derecha) por un sendero bien marcado que al principio llanea y luego pierde altura (515 metros), hasta conectar con un camino ancho donde una flecha indicadora de BTT nos indica la dirección de subida (1h.45′). La seguimos hasta tropezar con la pista balizada con marcas de GR que sube de Las Muñecas (1h.52′). La pista nos conduce hasta un crucero (1h.59). Allí una serie de letreros nos indican numerosas direcciones.

Una de ellas es la de la cumbre, que se puede alcanzar por la pista o por un atajo que sube en línea recta hasta La Rasa de Mello (2h.10′). En el alto (628 metros) hay un vértice geodésico y numerosos buzones y placas conmemorativas. Las vistas sobre La Arena, el superpuerto y el Cantábrico son muy amplias. Tras un corto descanso en la cima, el descendo hacia Muskiz se realiza por una ancha pista que es utilizada por los todoterreno.

Hay varios atajos, y de hecho todas las pistas que descienden llevan a la vega de la playa de La Arena, pero lo más cómodo es no desviarse del camino para llegar a las primeras casas de San Juan(3h.30′). En este punto comienza el asfalto que no abandonaremos hasta llegar al centro de Muskiz (3h.50′).

Las minas de hierro dan paso a los eucaliptos Cima: Rasa de Mello (628 metros). Situación: Montaña achatada junto al mar, con todas sus laderas cubiertas de un espeso bosque de eucaliptos que esconde las antiguas explotaciones mineras. Dificultad: Ninguna dificultad con tiempo despejado.

Las numerosas pistas forestales pueden causar confusión en el descendo hacia Muskiz. Desnivel: 620 metros desde Ontón. 374 metros desde el cruce de Talledo.

Comunicaciones: Autovía Bilbao-Santander, salida Ontón. En autobús, autobús a Castro Urdiales, parada Ontón. Vuelta en Bizkaibús, con salida de Muskiz. Restaurante, gasolineras y hotel:

Restaurante:  EL HAYA

Hotel: EL HAYA

Fuentehttps://www.elcorreo.com/alava//ocio/rutas/200202/27saldamando.html

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